Buscando un desafío que ganar.
Era tarde cuando llegué al lugar, aparentemente el hotel había cerrado sus puertas ese día y yo no me había dado cuenta.
Había reservado mi estancia en ese hotel unos meses antes pues tenía interés en subir la montaña. Según la publicidad del hotel esa montaña era de las mejores que había para subir. Su nombre lo decía todo, se llamaba “Montaña el Desafío”.
El Desafío, ésta era una montaña que, cuando la busqué por internet, me pareció interesante sobre todo su nombre y yo en este momento estaba en busca de nuevos desafíos. No es que no tuviera desafíos en mi vida sino que me había sentido derrotado por los mismos y en algún momento pensé que subir esa montaña me daría la oportunidad de, por lo menos, vencer un desafío.
Según lo que decía por Internet la montaña no era complicada en sí misma sino más bien era la actitud de los hombres lo que la hacía complicada.
Así pues lo mismo ocurría en mi vida en ese momento. Tenía una vida complicada llena de nudos, llena de muchas cosas que tendrían que ser desatadas y en realidad no me atrevía a hacerlo. Estaba buscando nuevas formas de recobrar mi vida, nuevas formas de seguir adelante, pero toda mi vida la sentía como un gran peso sobre mis hombros.
Subir la montaña el Desafío era un desafío en sí mismo y prometía además que la vida de las personas que la subieran cambiaría para siempre.
Me pareció que esto no era más que una estrategia de mercadeo, sin embargo, en la fotografía la montaña se veía realmente hermosa, además cerca estaba una laguna de aguas cristalinas en la cual se reflejaba la montaña con toda su Majestuosidad. El bonito hotel que estaba a los pies de la montaña me animó a tomar la decisión. Si bien en mi vida los desafíos no estaban resolviéndose, por lo menos tomaría ese desafío ¡subiría esa montaña!
Hice el largo recorrido, cinco horas en automóvil, llegar fue cansado pero al fin estaba allí, frente al hotel de la montaña El Desafío. Estaba listo y dispuesto, esa montaña sería mía.
El único problema es que el hotel estaba cerrado.
¡Estaba cerrado!
¡No me lo podía creer!
Estaba cerrado. Volví a ver mi comprobante de reservación y me fije en la fecha. Revisé el calendario y me di cuenta del problema. Me había equivocado de fecha y llegaba una semana después de la reservación.
Y al parecer exactamente un día después de que el hotel había cerrado. Lo primero que hice fue culparme por equivocarme en la fecha, era el colmo.
-No me extraña que tuviera todos los problemas que tengo- pensé.
Mire por los alrededores buscando una excusa y no una solución. Pero nada, todos se habían ido. No quedaba nadie en los alrededores.
Según un rotulo, colocado en la puerta del hotel, volverían a abrir hasta dentro de 15 días.
Cinco horas de viaje habían sido por gusto.
Pero de pronto algo robo mi atención.
Suspire profundamente y solté el aliento. La montaña en realidad era mucho más grande y más hermosa de lo que se veía en la foto por Internet.
Solté una exclamación de admiración y pensé:
-Vaya eso se parece a la montaña de mi vida.
Y por alguna razón me decidí. Tenía que subir la montaña El DESAFÍO.
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